Bodegón Vandama

El sitio perfecto para degustar una buena carne al grill. Si van un viernes por la noche, la música en vivo puede convertir la cena en una velada perfecta si van con su pareja.

El restaurante Bodegón Vandama está situado en un lugar privilegiado cerca de la Caldera y del conocido Pico de Bandama.

Se encuentra en una finca rodeada de viñedos y de naturaleza que hacen del restaurante un marco incomparable para disfrutar de los sentidos. El Bodegón Vandama está especializado en carne a la parrilla y ofrece una gran variedad de sugerencias semanales, adaptadas a los productos de temporada, y cuenta además, con vino de cosecha propia.

El Restaurante Bodegón Vandama dispone de espacios para celebraciones especiales como bodas, cumpleaños, bautizos, comuniones, reuniones de trabajo y comidas y cenas de empresa.

Historia del Restaurante Bodegón Vandama

Nuestros Comienzos como Restaurante

Todo comenzó cuando en Julio de 2003, D. Diego Cambreleng le pidió a su hijo Álvaro, actual encargado del restaurante, que le organizara una comida, con carne a la parrilla en la terraza de la Bodega y de esa celebración, empezaron a salir otras, de amigos, de cumpleaños, aniversarios etc., así hasta que el 11 de Diciembre de 2003 se abrieron las puertas del Restaurante Bodegón Vandama, que sigue ofreciendo el servicio cercano y amable que todos conocemos hoy.

Un Poco de Historia y Algunas Anécdotas

En 1813 D. Felipe Massieu Vandale, padre de mi tatarabuela Dña. Concepción Massieu Bethencourt, adquirió una finca situada sobre el Caidero de los Lirios con los acopios de cantería y madera para construir una casa; e igualmente, con sus hermanas Dña. Mariana y Dña. Ana adquirió tres suertes de terreno en la Hoya Oscura. A lo largo del siglo XIX se construyo la casa, la bodega, el lagar, la casa para el mayordomo, aljibes, etc. Pasando todo a propiedad de Dña. Concepción Massieu Bethencourt y su esposo D. Antonio López Botas, el político más importante de Canarias en el siglo XIX. La finca del Monte como la conocemos en la familia paso luego a su nieto D. José Mesa y López, quién la dejó a su sobrino D. Diego Cambreleng.

La finca fue dedicada al cultivo de la vid y a la producción de vino, vino del Monte, el más nombrado en Gran Canaria. Después de años de baja en la producción del vino se produlo un movimiento para su recuperación, coincidiendo con la declaración del Paisaje Protegido de Tafira y adquiriéndose la Denominación de Origen “Monte Lentiscal” para los vinos producidos en esta comarca.

¿Por Qué Vandama?

No fue hasta finales de los años 50, cuando la uva de la Finca, listán negro, listán blanco y moscatel, se empezó a utilizar para hacer vino, pues anteriormente, se vendía para los mercados de la isla.

Entonces; y al elegir un nombre para embotellar nuestro vino decidimos hacer coincidir el nombre de nuestro volcán vecino, Bandama, con el del mercader flamenco, Daniel Van Dame, oriundo de Amberes, quien se estableció en Gran Canaria en el siglo XVI, adquiriendo, entre otras muchas propiedades la Hacienda de la Caldera, el cráter circular de 1000 metros de diámetro formado por la explosión del volcán, muy cerca a nuestra bodega.

Y de ahí surgió el vino tinto “VANDAMA”, eligiendo este nombre, con “V” por ser el que tenia Daniel Van Dame, y así la seguía usando, en el siglo XVIII, el mayor erudito que ha tenido Canarias D. José de Viera y Clavijo: “Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias” al referirse a las principales calderas afirma que 1º la del Pico del Teide en Tenerife, 2ª La Caldera de Vandama en Gran Canaria, 3ª La de Taburiente en la Palma.

Anécdotas

En el nuevo salón disponible en el Restaurante Bodegón Vandama, hay un piano que perteneció a D. Diego Mesa de León, bisabuelo del actual propietario. El era amigo de D. Camilo Saint Saëns uno de los compositores franceses más importantes de finales del siglo XIX y principios del XX, el cual tocó dicho piano en sus visitas al Monte.

La amistad del Bisabuelo con D. Camilo Saint Saens, se remonta a principios de siglo, pues el Bisabuelo era el presidente de la Sociedad Filarmónica de Gran Canaria y D. Camilo solía asistir a los ensayos de la orquesta a escuchar lo que tocaban y siempre que faltaba algún músico, él se ofrecía para sustituirlo, cualquiera que fuera el instrumento, demostrando así su talento musical, y descubriéndose de esta manera quien era el personaje.

Tenía también una casa a la entrada de Guía, que bautizó como “Villa Melpomene”, y el Ayuntamiento de ese municipio lo invitó en 1900 para inaugurar el órgano de su iglesia.



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